domingo, 18 de enero de 2015

Ellos seguían

Aquella tarde cuando empezaba a caer la niebla, Charlie sacó el smoking del armario. Los zapatos, la ropa interior, todo estaba preparado para empezar su trabajo.

Todavía tenía tiempo para limpiar, otra vez, su instrumento, el cual le proporcionaba los momentos más felices de su solitaria vida.

No sabía que la niebla y la ambición por batir un record, acabarían teniendo consecuencias funestas.

Él era feliz en el momento en el que la Gran Orquesta del Titanic, se ahogaba en el Atlántico Norte.