jueves, 27 de marzo de 2014

EL ENCARGO


   Cogió su pistola, respiró hondo y apretó el gatillo. El  trabajo había sido de una sencillez desacostumbrada; sin  el menor esfuerzo había localizado a su objetivo en la tranquila  ciudad costera en la que pasaban las vacaciones durante los primeros años de su hija, antes de su desaparición. Le sorprendió ver un destello en la joven inerte y  contra su costumbre se aproximó al cadáver. Destacando  entre  la sangre vio la medalla que le había regalado en su último cumpleaños juntos.


                                                                                               Benigno Montenegro

3 comentarios:

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.