Y cuando volvio ya nada era igual; el viaje a la India había transformado a Pablo, que interesado por la meditación trascendental, poco a poco fue alimentando su espíritu, y paulatinamente perdiendo el apetito.
Es muy probable que aquel exjugador de rugby, gracias a su considerable delgadez, ejecutara a la perfección los asanas del yoga kundalini.
Consiguió atravesar descalzo aquellas brasas encendidas, y soñó despierto, viéndose caminar sobre las aguas del mar, como Jesucristo.
Un dia, tras un ayuno prolongado de tres semanas, Pablo, en un arrebato de éxtasis místico, y sin razón aparente, se tiró en plancha a una hoguera, en la noche de San Juan.
Paco García
¡¡Gracias, Pacoo!!
ResponderEliminarSoy Carol
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