mediodía,
Y cuando volvió ya nada era igual en ese tiempo que le regalaba la jornada partida.
Entra, pasa, parecía decirle la Biblioteca del Fontán; y paseaba por calles de escritores,
deteniéndose aquí, acariciando allí, examinando, descubriendo, aprendiendo.
Había un ricón mágico como el solo, allí entre todos los libros, un sillón para pensar;
era un placer.
Hasta mañana Proust, le dejaba en su sitio; algunos dias solo pensaba o
echaba una cabezadita, era mediodía.
También le gustaba la sala de lectura con mesas de madera amorosas para escribir a mano.
Los jueves de mercao se animaba mucho más; algunos sin techo iban a calentarse un poquito
y cargar el móvil. Otro, le enseña a su chica un montón de tangas de color rojo que acababa de robar. ¡Devuélvolo ahora mismo!; va, pero ¿no te gustan?, al menos quedate con una. Que lo devuelvas.
Cerrado. Reforma.
Cuando volvió no dejaban jugar a ver que calle, estantería, escritor, libro, portada ... te seducía más.
cruz alonso
Me encanta, Cruz. ¡Muchas gracias por el regalo!
ResponderEliminarSoy Carol :D
ResponderEliminarmUY BUENO, AMIGA.
ResponderEliminarSoy Francisco.
EliminarMuchas gracias Cruz. ¿Podrías compartir el de la pareja que se conocía pero no funcionó, y ella lo encontraba luego en un bar de Gijón? Perdona que no pueda ser más precisa, pero no recuerdo el título, solo que nos gustó muchísimo y te pedimos que lo leyeras varias veces :)
ResponderEliminarIsa Rguez
gracias Isa, sí lo comparto, se titula -encuentro-. Ya estuve paseando por tu blog y me gusta mucho.
Eliminar¡Muchas gracias! :)
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