Tanto tiempo coincidiendo en el
Metro sin dirigirnos una palabra. Tantas horas compartiendo el vagón evitando
que coincidan nuestras miradas. No sé, me da corte pero… ¡debería
decírselo! Me va a tomar por imbécil si
sigo haciéndole creer que no me enteré cuando esta mañana se me arrimó. Bueno,
venga, va… ¡Ahora o nunca!
––Eh, tú: ¡Devuélveme la cartera
hijoputa!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.