Comprendió que no le quedaba nada
que perder. Y lo que es peor: ¡nada que ganar! Subió al risco y dudó un
instante, viendo cómo el agua se movía allí abajo. “De perdidos al río”, pensó.
Y se tiró al mar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.