Isabel
pasaba todos los días por delante de una cafetería, donde paraba a desayudar un
joven.
Sus
ojos soñadores se posaban en ella y se
lo decía todo. Ella turbada
disimulaba y pasaba de largo. Un
día decidió pasar por la acera de enfrente, para verlo de lejos.
El muchacho inquieto miraba a un lado y a
otro, le pareció que la buscaba, una
amplia sonrisa se dibujo en su cara.
En eso llegó
un compañero con un perro y un bastón ,
cogiéndolo del brazo le ayudo a caminar .(.Y le dijo ) la chica que me vuelve loco ésta en la
acera de enfrente....
¡¡Bieeeennn, has podido publicar!! ¡¡Genial!!
ResponderEliminar