martes, 18 de noviembre de 2014

El rinoceronte

Aquel hombre del que todos hablaban, era el macho Alfa. Tan protector, tan fuerte.
Me iba a poseer durante toda mi vida. Su ternura momentánea duraba lo que dura un orgasmo, pasaba de los preliminares a la cólera salvaje. Lo que nunca pudo obtener fue mi amor y entrega, eso lo encolerizaba más. Parecía no importarle mi indiferencia, aunque intentaba hundir mi autoestima, con insultos poniendo mi frigidez como excusa en el divorcio.
Joshua Mcbride.
Encontró una gatita melosa que con sus maullidos lascivos, hicieron que la lujuria fuera el plato fuerte entre ellos, los excesos pasaron factura, sus fuerzas menguaron. También las viandas fueron menguando, y sus prácticas amatorias. "Se le acabaron los placeres"

Pamela se había propuesto domarlo y lo consiguió, aplicando una técnica infalible muy femenina que el hombre no ha detectado.- (joder mucho y comer poco)

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